Una vez un bombero llamado Max fue un
hospital porque su mamá había enfermado gravemente.
De camino al hospital se encontró un
lápiz con el poder de hacer realidad lo que con él se dibuje. El bombero, feliz, corrió con
la idea de dibujar una medicina para su madre. Llegando al hospital miró que el
piso 10 en el que se encontraba ella, estaba incendiándose.
Rápidamente subió hasta allá y dibujó
un tobogán para que todos bajaran y un extintor para apagar el incendio. Cuando
ya estaban a salvo, le dio la medicina a su madre y a todos los enfermos.
Todos quedaron agradecidos porque Max los
había salvado.
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